
Erradicar el cambio climático
¿Cuándo se volvió tan político el cambio climático? Antes, era simplemente un tema para científicos preocupados y activistas de Greenpeace. Algo está sucediendo en nuestros océanos y glaciares distantes. Pero los tiempos, al igual que el clima, han cambiado.
Desde entonces, la política climática se ha convertido en la última arma del arsenal de los países más poderosos del mundo. Ahora, la administración Trump la está utilizando con especial fuerza.
El último golpe trae consigo la posible eliminación del estatus de exención de impuestos a las organizaciones benéficas climáticas en los EE. UU., como Cool Earth, una medida que devastaría el sector caritativo.


Trump ahora ataca a organizaciones benéficas contra el cambio climático como la nuestra. Crédito: The New Yorker
Qué Significa Esto?
Si se revoca el estatus 501(c)3 para las organizaciones benéficas climáticas, como amenaza Trump, las consecuencias serán graves.
Significaría que los donantes en Estados Unidos ya no obtendrían beneficios fiscales por donar a organizaciones benéficas. Esto privaría a estas organizaciones de la capacidad de recaudar fondos. Si eso sucede, ¿de dónde saldrá el dinero para realizar nuestra importante labor?
Ya estamos al límite de nuestras posibilidades. Las organizaciones filantrópicas no pueden cubrir el vacío dejado por las recientes retiradas gubernamentales de la acción climática y el desmantelamiento de USAID.
No solo esto, sino que tendrá un impacto directo en la vida de las personas, principalmente de quienes ya se ven afectados por la crisis climática. A menudo, son los más vulnerables del mundo, y es precisamente por eso que apoyamos a quienes viven en las selvas tropicales.
Parece que ya no se trata solo del cambio climático. Se trata de si permitimos que los gobiernos usen el estatus fiscal como arma contra causas que les desagradan porque no beneficia directamente a sus amigos ricos. Lamentablemente, esta historia es tan vieja como el tiempo.
La acción climática siempre ha enfrentado oposición, pero atacar el estatus caritativo de las organizaciones simplemente por reconocer la realidad científica sienta un precedente peligroso.


Las comunidades indígenas ya están en la primera línea de la crisis climática, enfrentando fenómenos climáticos extremos como esta inundación que ocurrió recientemente y que destruyó su comunidad.
The Divide
El cambio climático ha pasado de ser un desafío global colaborativo a una división política. Esta polarización política es precisamente lo que no necesitamos para abordar los problemas más acuciantes del mundo.
El cambio climático es algo que nos afectará a todos.
Si a esto le sumamos la amplificación de la desinformación en las redes sociales y el liderazgo político controvertido, nos enfrentamos a una auténtica guerra climática. La comunicación climática se ha convertido en un tema controvertido, e incluso Cool Earth está viendo su contenido suprimido en plataformas como Meta.
¿Cuándo terminará esta censura? ¿Cuándo prevalecerá la verdad?
Cool Earth continuará compartiendo la verdad sobre la ciencia del clima y amplificando las voces de las comunidades forestales que están marcando una verdadera diferencia.
La ciencia no podría ser más clara.El cambio climático ya está aquí y está ocurriendo. No le importan tus ideas políticas, tu riqueza ni tu estatus.
Cuando el medio ambiente colapse, será un destino del que nadie podrá escapar. Ni siquiera el presidente.


Este ataque a organizaciones benéficas climáticas pone en riesgo nuestro trabajo. Trabajos como el de apoyar a esta comunidad de la selva tropical, Waduada, en Papúa Nueva Guinea.
Quizás la verdadera tragedia sea que, mientras nos dedicamos a combatir las guerras climáticas y culturales, el planeta continúa calentándose sin remedio. La biodiversidad y las selvas tropicales están siendo diezmadas. La gente está muriendo.